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Creedence


Siempre me pregunté como llegó este disco a mis manos y nunca lo supe. Que escuches un tema en la radio o TV y que vayas y busques el disco hay mil ejemplos, pero con Creedence no fue así. Con Creedence de alguna forma me llego el cassette, o alguien se lo olvidó, o lo encontré en la calle, no lo sé. Había épocas en las que teníamos tiempo para ponernos a escuchar y prestarle atención a las cosas que encontrábamos por ahí. 

Primera banda de otro idioma a la que realmente le presté atención. Primero me atrajo el sonido, me gustaba como sonaba, después me puse a investigar las letras. Si, también tenía tiempo para, ante la internet que aún no existía, agarrar el diccionario «Inglés-Español» y ponerme a traducir, para saber que era lo que estaba escuchando.

Entonces me encontré con gente que también contaba historias, de gente que viajaba buscando su destino, de gente que quería tener una banda. Me transportaba a esos lugares de Estados Unidos que uno veía en las películas y se imaginaba como sería ser un paisano de otro lado. 

Los «Campos de algodón» donde andaba corriendo de niño, La casa de Illinois en donde después de un día arduo se ponía a «Mirar la puerta de atrás» porque en la de adelante estaban los problemas. El barco «Orgullosa Mary» y sus recorridos, la «Banda Viajera». Me transportaba, a otro lugar distinto al nuestro, donde había gente a la que le pasaban cosas como a nosotros, lejos del «Sueño Americano» y mas cerca de la realidad del ser humano promedio. Muchas cosas con las que me sentí identificado a pesar de la distancia.

Y cuanta vigencia, a pesar de que los músicos pudieron recuperar después de 25 años los derechos sobre sus propias canciones, la banda y sus discos siempre siguieron sonando en todos lados, y los temas que vinieron después lograron mantener esa esencia. Mirá si habrán permanecido en el tiempo que la canción que mas cantamos en el mundial de Brasil de 2014, fué un tema de Creedence del año 1969, el tan conocido «Bad Moon Rising». Cosas que pasan cuando los que hacen las cosas son buenos, y además un poco tocados por la varita.

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